as Don José in Carmen – La Coruña (Galicia), Spain – Festival de la Ópera, Palacio de la Ópera

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The tenor Michael Hendrick, equipped by temperament (reminds of Jon Vickers)… hits upon at the tragic final moments at which the work shows the expressive facets that place it in the birth of the verismo.

Actualizado 01/10/2006 – 03:08:04
OPERA
«Carmen»
Festival de Opera de La Coruña. Intérpretes: Nancy Herrera, Michael Hendrick, Leontina Vaduva..Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Coro del Teatro Villamarta. Director: Antonello Allemandi. Fecha: 29-10-06. Lugar: Palacio de la Opera. La Coruña.
J. J PONCE

Nadie puede dudar que el escenógrafo de Carmen, (Jesús Ruiz), se ha inspirado en la Sevilla de principios del siglo XX para realizar el montaje de esta ópera. Las referencias son múltiples. Desde que se levanta el telón el espectador se ve inmerso en los interiores de la Casa de la Moneda sevillana, donde se adivinan todos los tópicos costumbristas y de la sociedad caciquil de la época. Coros y personajes parecen sacados de las salas del Museo Provincial de Bellas Artes, como si de dar un paseo por el mismo se tratara, y no faltan las referencias iconográficas a la «mujer morena» de Romero de Torres.


Ante los acordes de una orquesta, que supo entender perfectamente la lectura que hizo Allemandi de la partitura, rompe una Carmen desenvuelta, decidida, poderosa, sabedora de sus encantos. La Herrera estuvo escénicamente impecable y vocalmente correcta. Revoltosa, desafiante, indiferente pero controlando toda la cochura en el escenario, con la altanería de quien se sabe deseada por los hombres y conocedora del juego sensual de la conquista; caprichosa en los sentimientos, que cambian en su corazón como el aire que mueve su abanico.
Carmen lleva la muerte en sus ojos, en sus peines, en su vestido… Y la desafía a cada momento, porque su obsesión es la libertad, el no ser dependiente de nada ni de nadie. Nancy Herrera fue aplaudida en todas sus intervenciones, pero especialmente en su «L´amour est un oiseau rebelle» .

Don José por el contrario careció del brío escénico que le personaje requería, si bien vocalmente demostró que dominaba la situación, con un registro amplio y decidido, de lo que dejó constancia en «Parle moi de ma mère», el dúo de Don José y Micaela, o en la escena final de la obra. Pero lo vocal quedó empañado por lo escénico. Sus movimientos -lentos y más propios de Peter Grimes que de un soldado francés- le restaron credibilidad al personaje, que por momentos parecía más un niño sumiso, inhibido y sin carácter que un militar atrapado en las garras del amor y del deseo, con la pasión interpretativa que el papel requiere. (En este rol la referencia es, sin duda, Placido Domingo).

Leontina Vaduva estrenaba su Micaela en España y su encuentro con Don José en el primer acto tuvo la exquisitez a la que nos tiene acostumbrados, pero la situación escénica le venció en algún momento, especialmente en el aria del III acto, donde se mostró algo nerviosa.
El resto de secundarios estuvieron correctos vocalmente y con total entrega en el cuarteto del II acto, donde combinaron -junto con Carmen- comicidad y buen nivel de canto.

ABC.es

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